MALA ESPINA
Tú a naide hicistes caso
i ya tóos te lo dicían:
“No sé qué tenga el muchacho,
que no me da güena espina”.
Tu mesma máere te lo icía,
tu propio páere lo recalcaba,
los vecinos igual se oponían...
¡Ná más que tié razón la zagala!
Que ése es un zascandiles,
un chupacharcos, un buscaníos...
¡Ni una arvertencia ni miles!,
sempre de los talles cogíos.
¡Que no habïa naisca que`acer!,
denguno los consejos servían...
¡I nus daba una pena de ver
cómo estropiaba su vía!
I tenïa que suiceder, calla...,
que la que muncho va ar río
ar fin se cahe en ell agua
ar trompezar con un risco.
I jue de ver qué ainas se jue,
cómo ese malabestia voló
ya lograo lo que se buscaba éll;
mentres la zagala sola, lloró.
Ya se queó la niña compuesta,
perdío toico su porvenir:
sin novio... perdía l`apuesta...
¡con lo que haberá de venir!
Manque tóos te repitían:
“No sé qué tenga er muchacho
que me da mal espinazo”,
a naide tú le atendías.
En las cosas der querer
pierde sempre más la mujer.
*
Puema
premiao con una riconocencia (accésit) en el Vainte Certamen Lliterario
Murciano (2013)
No hay comentarios:
Publicar un comentario