viernes, 20 de noviembre de 2009

DIVAGACIONES ALREDEDOR DEL PANOCHO

Estas serán unas opiniones personales que tal vez no todos los expertos en el tema compartan conmigo, pero sí las creo acertadas y revestidas de verdad como corresponde al rigor académico; mi experiencia escrita y mis estudios de campo corroboran en gran medida las conclusiones expuestas.

* * *

Ante todo es preciso aclarar que, el panocho, no es ni una lengua, ni un idioma, ni un dialecto, ni nada que se le parezca; simplemente es un modo de escribir, que por lo tanto únicamente tiene razón de existir en la lengua escrita, bien sea en prosa o en verso. Es un error general confundir el murciano, el cual sí podría catalogarse como dialecto en vías de extinción, con el panocho, una literatura humorística autorizada por la reina española... en el siglo pasado durante una visita al Monasterio de..., tras oír unos versos elaborados por un poeta local reputado; la complacencia real fue tal, que instauró la legalidad de la literatura panocha. Y si bien es cierto que la literatura panocha, ese particular modo de escribir a base de acumular en un texto todos aquellos términos y acepciones del mapa lingüistico murciano, también aglutina asímismo todos aquellos individualismos y vulgarismos que es capaz de idear o recoger, con lo cual se aparta completamente de una posible consideración como lengua. No obstante, es preciso reconocer que un estudio del murciano no estaría completo sin una referencia notable al panocho.

Actualmente, el panocho a quedado circunscrito a expresarse casi en su totalidad en la poesía más popular, prestando su esencia a bandos murcianos y soflamas, estructurados como pregones populares de las fiestas y escrito en romance.

Sí, claro, sin duda alguna que el murciano pudo llegar a ser una verdadera lengua si la persecución descarada que sufrieron todas las lenguas distintas del castellano existentes en el territorio español por parte de la dictadura franquista; las hablas más afectadas por este acoso destructivo han sido precisa y lógicamente aquéllas que menos hablantes mantenían.

Continuarán...
*
Respondíos a las reparandorias:
M`allegro muncho de c`upinies qu`er murciano u panocho eh una llengua y`un idioma, amigo anonimo, si un puñaico de presonas más piensarán como tú... estonces sí que teneríamos una llengua propria con la cuala s`ib-antender tuisquio er mundo..., poiqu`es qu`es mu fácil d`ablal y`entender. Munchas jracias por tus palabricas.
*
***
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ASCRIBÍOS EN LLENGUA MURCIANA

(TEXTOS PANOCHOS O MURCIANOS EN WEBS)

A too correr turbio vi`a ponel aquí mesmico unos señalos (enlaces) e sitios der Interner ande se puean jipar obricas lliterarias ascrebías en llengua murciana u en panocho, u en habla murciana curta, que tamién l`ai.

Punchen, si se pué, en lo ascribío en debajo, u copien las lletras pa pegallas:


http://murciano.wikia.com/wiki/Usuario:Chabi/Vocabulario#A

http://blogs.libertaddigital.com/index.php?action=showcomments&id=55169

http://www.culturaspopulares.org/textos4/articulos/hernandezf2.htm

http://www.regmurcia.com/servlet/s.Sl?sit=c,371,m,416&r=ElIP-641-DETALLE_ELEMENTO_ILUSTRADO

http://maciascoque.com/phuertana/panochocanal.htm#b

http://www.patrimur.com/etnografia/cuentos.pdf

http://www.cervantesvirtual.com/servlet/SirveObras/02585074380270784199079/p0000001.htm


Nota dell utor: S`intentará artualizar tuisco lo que sea mester esta paginica, poniéndole munchas más añadiuras. No vi`a dar denguna repalandoria cabe lo que tién aentro las ojas mentás, poique si lo aciera las ejaría sin su ese; avrígüenlo ostés mijor.

FRASEOLOGÍA POPULAR Y MURCIANA

FRASEOLOGÍA POPULAR Y MURCIANA

Estas son las invenciones literarias del pueblo llano para resumir una situación determinada. Aun en su simpleza, resultan ser casi refranes, o mejor dicho, dichos o sentencias.


¡A buenas horas mangas largas! Se dice cuando ya algo no tiene solución.
A buenas horas mangas verdes.
A correr tocan.
Agárrate, que vienen curvas.
A la vejez ciruelo. El refrán reza: “A la vejez ciruelo te casas, Pepa, con uno que tenía la porra seca.” Sobran comentarios.
A mí, como si te operan.
Andar como San Pedro por su casa.
Andar tocando las narices.
Andar tocando los cojones.
Antaño maricastaño.
Antes morir que perder la vida.
A santo de qué...
A todo correr turbio. A toda prisa, en última instancia.
A todo pijo sacado.
Caer chuzos de punta. Un chuzo es un carámbano de hielo.
Caérsele a uno el pelo.
Cagarse de miedo.
Cagarse la perra.
Cagarse por la pata abajo.
Cerrado de mollera.
Cierra la puerta, que se escapa el gato.
Cómeme la polla.
Cómeme las pelotillas del culo.
Comerse el marrón.
Comerse una mierda empapelada.
Contigo, ni a misa.
Correr como los peluses.
Córtate el pelo al cero, pelucas.
Corta y cuelga, que tienes cara de teléfono.
¿Cuándo hemos comido usted y yo mierda en el mismo plato para ser amigos?
Cuando las ranas críen pelo.
Cuando yo vuelva a creer en Dios.
Culo de mal asiento.
Darle vueltas al zompo.
Dar una patada en el cielo de la boca.
Date un panzazo (barrigazo).
De aquí a Lima.
Dejarle a uno hecho un deciomo. De ecce homo, la figura de Jesucristo en la cruz.
Dejarlo para simiente rábano.
Dentro de cien años, todos calvos.
De padre y muy señor mío.
De una puta y un gitano nació un vallisoletano (Valladolid).
¡Dichosos los ojos que te ven!
Di lo que quieras, que creeré lo que me dé la gana.
Disfrutar más que un burro en un patatal.
Échale mierda al pito, arbitro.
Echar el hámago.
Echar la pota.
Echarle huevos a la cosa
Echarle sal a la cosa. Imaginarse algo..
Echarse mano al culo y ahogarse.
El burrico delante para que no se escape.
¡El pijo once!
En viendo que veía...
Éramos pocos, y parió la burra.
Éramos pocos y parió la madre.
Esperar que suene la flauta.
¿Es que te crees que porque te comas los mocos eres más hombre que yo?
Estar hasta el gorro.
Estar hasta el moño.
Estar hasta la coronilla.
Estar hasta los cojones (huevos, pelotas).
Estar más liado que la pata de un judío. Hace referencia a las correas que sujetaban las sandalias de los soldados romanos, mal llamados en Murcia judíos, en vez de romanos.
Estar más tieso que la mojama.
Estar más salido que el pico de una puerta.
Estar pillado.
Fumar como un morciguillo. Morciguillo significa murciélago en murciano.
Fumarse un puro. Aguantar que te echen la bronca.
Gastar menos que el llamador de un cementerio.
Gastar menos que un ciego en novelas.
Hacer el indio.
Hacer el pijo.
Hacer el tonto.
Hostia que doy, familia de luto
Hostia que te creo..
Ir a en ca el Pirolo.
Ir a toda leche.
Ir a toda pastilla.
Ir a tumba abierta.
Ir hecho un adán.
Irse uno de bareta (morirse).
La ocasión la pintan calva.
La pescadilla que se muerde la cola.
Las cosas claras y el chocolate espeso.
Liar la marrana.
Limpio como la patena.
Limpio como los chorros del oro.
Los tiempos de Maricastaña.
Luego vienes y dominas.
Llámame gorrión, pero échame alpiste.
Llegar y cargar.
Llevarle a uno los demonios.
Llover a cántaros.
Llover a mares.
Llover canal con canal.
Maricón perdido.
Más asqueroso que el escupitajo de un tísico.
Más basto que la paja de haba(s).
Más brazos que un pulpo.
Más buena que un tren.
Más bueno que el pan.
Más claro, el agua.
Más falso que Judas.
Más feo que donde los hacen.
Más feo que pegarle a un niño de pecho.
Más feo que Picio (o Pifio).
Más feo que San Apapucio bendito.
Más gandul que la manta de un guarda (o guardia).
Más hambre que el lagarto de Jaén. Hace referencia al lagarto que está grabado en el escudo de dicha ciudad andaluza.
Más hambre que los Rafaeles.
Más húmedo que mojado.
Más infeliz que el alegre.
Más largo que un día sin pan.
Más lento que el caballo del malo.
Más lento que una carrera de cojos.
Más lento que una tortuga.
Más limpio que el culo de un recién nacido.
Más listo que el hambre.
Más listo que los ratones coloraos.
Más malo que la quina.
Más malo que peor.
Más malo que una nube negra.
Más malo que un belitre.
Más maricón que palomo cojo.
Más marrano que la tía Camioneta, que ponía un pan en la taza del váter para que no se fuera el olor.
Más marrano que la tía Camioneta, que se limpiaba el culo con las cortinas y decía que eran quemaos de la plancha.
Más mierda que el palo de un gallinero.
Más palos que a una estera.
Más pelos que una toalla.
Más perdido que Carracuca.
Más sano que una manzana.
Más seco que un palillo.
Más se perdió en Cuba.
Más se perdió en Cuba, y vinieron cantando.
Más se perdió en la guerra.
Más simple que el mecanismo de un chupete.
Más solo que el que se perdió en la isla.
Más solo que la una.
Más tonto que Cascaciruelas.
Más tonto que donde los hacen.
Más tonto que grande.
Más tonto que hecho de encargo.
Más tonto que los pelos del culo, que ven salir la mierda y no se apartan.
Más tonto que un cerrojo.
Más vidas que un gato.
Más viejo que Matusalén.
¡Me cago en tus muertos pisados y arrastrados!...
Menos luces que un caballo de cartón.
Menos sesos que un mosquito.
Meter el carro por el pedregal.
Meter mano.
Meterse el dedo en el culo.
Meterse en camisa de once varas.
Métete el dedo en el ojete.
Me viene que ni pintado.
Mira a ver, Maribel.
Mira lo que te digo...
Mojar la oreja.
Mojarse el culo.
Morirse de miedo.
Ni por ésas.
Ni por pienso.
Ni tanto ni tan calvo.
Ni un pelo de tonto.
No andarse con contemplaciones.
No caerá esa breva.
No decir ni Pamplona.
No entrar el sol ni con espejos.
No es lo mismo un toma tú que un trae p`acá.
No hay más verdad que lo demás es mentira.
No hay más´verdad que lo demás es tontería.
No hay nada que rascar.
No hay “naide” ni “denguno”.
No le pegues más al zagal, que ya apareció la petaca.
No lo verán tus ojos.
No me comas el coco (la bola).
No me toques la pera de Murcia.
No me toques los cojones, que vengo de vendimiar.
No pedirle peras al olmo.
No saber hacer la o ni con un canuto.
No ver más allá de la punta de las narices.
No ver ni tres montados en un burro.
Ojalá que lo veas... con los ojos en un plato.
Orejas como marguanes. El marguán o margual es como un abano hecho de esparto que sirve para avivar la lumbre.
Orejas de soplillo.
Otra que te creo. Se dice cuando se duda de lo que otro cuenta.
Pasarlas canutas.
Pasarlas negras.
Pasarlas putas.
Pasar más hambre que los patos del tío Tola, que levantaban las traviesas del tren para comerse los gusanos (Valladolid).
Pasarse de castaño oscuro.
Poner el dedo en la llaga.
Ponerle a uno mirando a Murcia.
Poner mirando a Murcia.
Ponerse hasta el culo.
Por ahí te pudrás.
Por mí, como si te la machacas.
Por si acaso.
Por si las moscas.
Por si un caso.
Quedar peor que Carrancho (Cagancho) en Las Ventas.
Quedarse hecho un churro.
Quedarse pillado.
Qué locura más mal administrada.
¡Que te den por donde amargan los pepinos!
Reconcomerse por dentro.
Sacar burla.
Sacar las binzas. Véase Echar el hámago.
Sacar los pies del tiesto.
Salir cagando leches.
Salir pitando.
Salir volando.
Salirse de madre.
Siempre que pasa igual sucede lo mismo.
Silencioso como un muerto.
Sin más cojones.
Tener las manos llenas de dedos y los dedos llenos de uñas.
Tener más agujeros que un colador.
Tieso como un palo.
Tirar p`alante.
Tocarse los cojones.
Tonto de capirote.
Trabajar a remo.
Una mierda para que te empapes.
¡Una mierda que te empapes!
Ver las estrellas.
Ver menos que un caballo de cartón.
Vérsele a uno el plumero.
Verse pillado.
Vete a cagar, que estás pajizo.
Ya estamos conque si la abuela fuma.
¿Y cuándo no es fiesta?
Y una mierda que te comas.

Continuará...

LA PÍDOLA


LA PÍDOLA

(Una de las muchas varientes que tiene la cantinela del juego de la "piola")



Uno

Y te doy un puño

Dos

Al trasero un patadón

Tres

Con las uñas te arañé

Cuatro

En tu lomo me descanso

Cinco

Te arreo un pellizco

Seis

En cualquier parte le deis

Siete

El que quiera que se siente

Ocho

Y me echo en tu lomo

Nueve

Coge el paraguas que llueve

Diez

Y te salto con los pies

Once

Sólo pierde el que roce…



(Es todo lo que puedo recordar; ni siquiera recuerdo la localidad donde la escuché.)

* * *


miércoles, 8 de julio de 2009

ADIVINANZAS MURCIANAS (28 adivinanzas)

ADIVINANZAS MURCIANAS
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Hogaño m`he hacío unas adivinas murcianas

poique ansina m`ha vinío en ganas;

i quien esta llengua no bien comprienda

tindrá que dil a l`ascuela de aprienda.

1.
Ave empaquetá
pa ser desayuná.
***
*
2.
Con la talla de una mora,
entre bosques y montañas,
esta ciudad ilustre, española,
en la región de Murcia se halla.
***
*
3.
El Mediterráneo
que más enano veo.
***
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4.
P`allá soy,
riendo voy.
***
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5.
Esas cebollas son tuyas,
pueblo que no se apabulla;
así, que no las rehuyas
o te montaré la gran bulla.
**
*
6.
Con clavijas sin ser guitarra,
el que a mí me agarra
mete mi pijo en su boca
y con los dedos me toca.
***
*
7.
Por la Ciudad de las Maravillas
también se conoce a esta villa.
***
*
8.
Aunque los hacía a pares,
aunque los hacía por pares,
sólo hizo uno al final,
y que se me traguen los mares
si el plural no fuera verdad.
***
*
9.
Por el campo corre,
pateado a norre.
***
*
10.
Es un agujero ardoroso
donde el pijo entra gozoso.
***
*
11.
Entre dos ríos paralelos
nace la maravilla de un pueblo.
***
*
12.
M`impiden la visión

colocándose endelante,

pero miá tú por ande

asín veo tuisco mejor.

***
*
13.

Tié los güevos en er cocote

este árbole arto, mu altote,

que se pué ver sobr`un islote.

***
*
14.

Nel álbor aspera

colgá en la mäera.

***
*
15.

Er mar más chiquitujo

que Dios ar mundo trujo.

***
*
16.

Cinco tallos tién ca una las cuatro ramas

que der tronco salen po arriba i por dembajo,

ramas que no tién ni hojas, ni punchas ni escamas

pero que se menean con tuisco ell esparpajo.

***
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17.

De verde m`hago amarillo,

doi hista tres cosechas all año,

soi ácedo pero no ago dingún daño.

A ver si con esta te pillo.

***
*
18.

Se zampó en ell Infierno

i sacó a uno mu tierno.

***
*
19.

Amarillo i dorao,

en ell árbor colgao

hista`cers-encarnao.

***
*
20.

Las fiejas estaban drento las güertas

tuiquias anseñando las rajas,

mu colorás, rojas y`abiertas,

sin importalles, si las vean, unas pajas.

***
*
21.

Por tóos laos lo tengo i enjamás lo veo,

pueo tocallo pero no lo tanteo,

ansí que no sé sies bonico u feo;

a toas lo trago, asegún llo creo.

***
*
22.

M`han esenterrao, no he nacío,

d`ande m`enterraron envolvía

en cien velos cuandi era cría,

i con er más feo puesto he surtío.

***
*
23.

Negro por aentro,

tuisco escuriá,

en er monte abierto

dentr`er peñascal.

***
*
24.

¿Por ónde dirás que cae, por ánde,

ell edificio de tuiscos más jrande?

***
*
25.

Cuanti más jrande i reprieta está

es cuandi no se ve ni chispa ná.

***
*

26.

Como Ciudad de Las Maravillas

es conocida esta villa.

***
*
27.

Soy rionda y`estoy lenjana,

i ves llena u recontejana.

***

*

28.

Esta ciudad murciana,

con su rostro de bovino,

tiene caballos del vino

y una cruz que la delata.

***
*
29.

***
*
Soluciones:
1. El huevo.
2. Moratalla (Murcia).
3. El Mar Menor (Murcia).
4. El payaso.
5. Bullas (Murcia).
6. El saxofón (El pijo, en murciano, es la pala que se introduce en el horno para cocer el pan; y por extensión, es también cualquier forma terminada en punta de cualquier objeto. No se trata pues de una palabra "sucia"..., eso vino después).
7. Cehegín (Murcia).
8. Pares son un tipo de alpargatas murcianas; muy cómodas, por cierto, aunque poco elegantes.
9. El balón de fútbol. (A norre es una expresión típica murciana; en castellano sería más apropiado decir en orre.)
10. La pala del horno.
11. Cehegín (Murcia), la Ciudad de las Maravillas.
12. Las gafas.

13. El cocotero.

14. La pera.

15. El Mar Menor de Murcia.

16. Los dedos de manos y pies.

17. El limón.

18. El pijo o pala del horno.

19. El fruto del naranjero o naranjo, la naranja.

20. Los granados y sus frutos, las granadas.

21. El aire.

22. La cebolla.

23. La cueva.

24. Por los suelos.

25. La escuriá.

26. Cehegín.

27. La luna.

28. Caravaca de la Cruz.

29.

miércoles, 1 de julio de 2009

REFRANERO MURCIANO

REFRANERO MURCIANO
(Y PANOCHO)
Nota: No se trata de refranes populares, sino de creaciones personales; de mi propia cosecha, vaya.

A la holgazanería
no se le encuentra tutía.

Si vas de entrometido,
te llevarás un "metido".

Quien toma droga,
su alma amoga.

Ni el júrbol ni el fulibán,
nenguno de los dos me van.

Ya que vamos a ser pies de la mesma mesa,
hablemos, bebamos y comamos sin priesa.

El comunismo
es com`un istmo.

Si lo que plantastes jueron arcornoques,
no asperes una cosecha d`abercoques.

Si tú fuiste verdugo de la horca,
no te quejes cuando llegues a Lorca.

Galgos a su alrededor
descubren al fumador.

Por ser un jugador de bingo
me veo como un pingo.

Quien tiene al tabaco por vicio
resulta más tonto que Picio.

De un bolsillo vacío
el dinero no ha salío.

Más cobarde es el que huye
si el que le sigue se esculle
en la mierda que le fluye.

De correr como los peluses
creo que es mejor que no abuses.

Quien hace el amor sin pericia,
durante el orgasmo la picia.

Nota: Picia por pifia.

No hay naide ni denguno,
veo a todos menos a uno.

Meralla
que halla
no vaya
a dalla.

Fuma como un morciguillo
su tabaco en cigarrillo.

Se corre
a norre.

ve
la fe.

continuará...
*
***
*
Respuesta a los comentarios:
#
Chacho, no ace sell un cencia pa darse cuenta de qu`estos renfranes no son mu güenos..., que nostán pensaos p`hacel una seta d`esas relligiosas, ná más que los he hacío pa dalle uso a-mbunas palabricas der murciano u panocho. Pero sempre se puén hacel otros nuevos, siesqu`estos no te bustan, como por-ejenpro:
"Er desprecio der que no entiende, es desimulo
de quien no es más c`un jrandísimo tonto der culo."
Creo qu`este si te v`a bustar, te quea dedicao.
Salú, i astudía, pa que sebas más.
*
***
*

lunes, 15 de junio de 2009

SALTARÁN CHISPAS

SALTARÁN CHISPAS
(Popular)

Era un pueblo tan descreído y herético que casi nadie acudía a escuchar la santa misa, a confesarse o a comulgar. Y al cura se le ocurrió una treta para hacer que volvieran los feligreses a los oficios religiosos; para ello necesitaba la colaboración del sacristán, pues él solo no era suficiente para llevar la idea a cabo.
Así, que le dice al sacristán en secreto:
-Mira lo que haremos; mañana domingo, a la hora de la misa, que es de las principales, por lo que acudirá más gente que a las otras, tú te vas a meter debajo del púlpito con un cubo lleno de brasas, y cuando me oigas decir ¡saltarán chispas de Nuestro Divino Corazón!, tú le soplas fuerte al cubo para que salten chispas y todos los presentes se crean que es un milagro. Ya verás como a partir de entonces sí que vendrá mucha gente a misa y nos veremos con la iglesia y los cepillos llenos a rebosar.
Así se hace. Llega la misa, empieza, y el cura diciéndola y el sacristán a sus faldas con el cubo lleno de brasas de carbón esperando las palabras para soplar con el fuelle listo. Pero el cura, en viendo tan llena de gente la parroquia, que daba gloria verla así, se alargaba en su homilía aprovechando la ocasión.
El sacristán estaba viendo que las brasas se iban consumiendo y no podía soplar las brasas para avivarlas porque hubiesen saltado las chispas antes de tiempo, fastidiándolo todo.
-¡Chisss, chisss…, señor cura!
-Espera –le decía el cura por lo bajini.
-¡Pero señor cura…!
-¡Que esperes un poco!
Así se fue pasando el tiempo hasta que al fin el cura pronunció las palabras concertadas. Dijo en voz alta para que fuese bien oído por el sacristán:
-¡Saltarán chispas de Nuestro Divino Corazón!...
Y respondió el sacristán:
-Saltarán puntas de pijo, que se me ha apagado el tizón.

domingo, 14 de junio de 2009

ER QUINTO PINO

ER QUINTO PINO

Más tardan en llegar los viejos
cuando el destino está más lejos.
(Refrán)


Er quinto matujo surtió de la tierra poquico a poco. I poquico a poco jue-chand`ojas i tirando pa riba ribotas. Asín jue creciendo con los años hista que s`izo árbole. A pesar de qu`estaba mu lenjos, en er quinto pino; estonces allegaron los ombres i lo cortaron con un gran serrucho; namás que valía su máera pa-cer tablillas de poco fuste.

La máera d`un pino, cualquiera
la puede acer sal de higuera.

jueves, 11 de junio de 2009

EL FUGITIVO

EL FUGITIVO

Los niños que se fugan las clases serán en el futuro buenos novilleros.



El chiquillo surcaba el curso del río explorando cada laguna y cada regajo a fin de capturar, o al menos intentarlo, un pez, rana, cuchareta o galápago. Arroyo arriba, abandonados tras una junquera, zapatos, cartera y calcetines. Con los tiernos pies descalzos, recorría el moribundo riachuelo que su imaginación transformaba en grandioso océano allí donde sólo reposaba un charco incomunicado, o en espeluznante catarata donde brincaba un diminuto salto de la corriente.

Un sonoro chapulleo sobre las tersas aguas de un balsón le incita a dragar todo el fondo legamoso a la búsqueda del causante: una escurridiza ranita de verde camisa manchada de légamo.

Tumbado sobre el césped fresco de la ribera hace recuento de las inestimables piezas vivitas y coleando cobradas, que más tarde volverá, devolverá a su hábitat original. Las entresaca delicadamente del bote de hojalata que descombró de entre los restos de la última riada, para usarlo a modo de pecera: tres galápagos, de los cuales el más pequeño es ya su favorito por tener los colores del caparazón más vivos; un sinnúmero de renacuajos, varias ranitas, y un pequeño y feo sapo que se bufa al tocarlo; y algunas carpas medianas que capturó sólo sirviéndose de las manos, hurgando en sus cubiles subacuáticos. Recostado contra la mullida hierba, escucha los melodiosos trinos de los gafarrones y las caberneras que se llegan hasta la corriente del río a reparar su sed, mientras intenta remedar sus cantos con nulo éxito: sólo consigue que las canoras enmudezcan. Mira el vuelo sostenido de los apagacandiles y libélulas y caballitos del diablo; observa los descensos hasta la superfiicie del agua para capturar insectos, de un pequeño chichipán que se oculta en un zarzal ribereño; sonríe contemplando a los pececillos cómo degluten las migajas de pan que les arroja de su bocadillo para el recreo: probablemente se lo echará todo sin ni siquiera darse cuenta.

En la escuela, en aquel momento, bien podían estar pasando lista. Cuando don Antonio, el maestro, pronunciase su nombre en el repaso diario de la nómina, ninguna voz respondería: "¡Presente!"; el maestro volverá a repetir el nombre del, al parecer, sordo y mudo rapaz y luego demandará a la chiquillería dónde se encuentra el ausente. Al cabo, con la aplicación del terror amenazante surgirá la verdad.

-Se ha fugado la escuela, don Antonio -habrá de reconocer un chico pecoso y pelirrojo que se ve solo en su banco, sin pareja, y en su respuesta se incrustará el deseo cómplice de emular al infractor.

-¿¡Que se ha fugado...!? -evocará incrédulo el ayo- Muy bien; pues le pondré una falta..., y un cero..., y ya le arreglaré yo las cuentas al novillero cuando venga. Decídselo de mi parte cuando le veáis... Y ahora, poneos a hacer un dibujo de Nuestro Señor Jesucristo en la Santa Cruz... ¡Y no hagáis ruido ni habléis!

Y entrelazando sus gordezuelos dedos sobre su orondo vientre antideportivo, descabezará una siestecita en su pupitre real, haciendo honor al alias con el que los alumnos revoltosos le motejaran: el Dormijoso.

El infante continuará brincando la corriente, saturándose de naturaleza, ajeno a las iras que despierta en su educador. Y hasta es posible que se dé un chapuzón en algún estanque en honor a su craso maestro.

Pero el graso cerebro de don Antonio ya no sueña con la infancia perdida, ¡tantos los años que la dejó atrás!, sino con la aprobación de unas oposiciones, que le roban el sueño, que le permitirán abandonar el pueblo provinciano en favor de, aunque sólo sea, una capital de provincias o una ciudad comercial; tanto como en favor de sus actuales alumnos.

jueves, 4 de junio de 2009

MI ABUELO


MI ABUELO


Era mi abuelo,
Juan Ruiz Caballero,
En requiebro de damas
Siempre el primero.


Dicen que tuvo
Mujeres por ciento,
Aunque esto es posible
Que pueda ser cuento.


Todos envidiaban
Su suerte de amante,
Sin darle importancia
A que fuese un tunante.


Cuentan que era
Tan fuerte y tan alto
Que llegaba a balcones
Con tan sólo un salto.


Lindo de rostro
Y de cuerpo fornido,
Eran los dones
De este forajido.


En la villa de Cehegín,
De la provincia de Murcia,
Ejerció por largo tiempo
Con osadía y astucia


Su colocación de astas
En testuces de maridos
Y desgarros virginales
De hímenes consentidos,


Pues es un hecho conocido
Que nunca forzó dama,
Ya que todas se rendían
Al prestigio de su fama.


Fue croupier en Montecarlo,
Un jugador de primera
Que regresó a su tierra
Para laborar en la era.


Volvió y casó enseguida
Con la mujer más bella
Que halló en la ciudad:
Él su belleza le estrella.


Era Josefina García
La más guapa de la villa
Y aledaños de Cehegín,
Auténtica maravilla.


Disfrutó esta bella mujer
Un matrimonio de infierno,
La ignorante se casaba
Con un borrachín eterno.


Infidelidades y engaños,
Disputas y borracheras,
Peleas, riñas y gritos,
Besos y falsas quimeras.


Del desprecio de mi abuelo
Y la bondad de su esposa,
Salieron dos hijas y un hijo,
Cada criatura, preciosa.


Un año tenía el pequeño
Cuando, harta, la buena señora,
Marchó para otro terreno
Camino de Barcelona.


Era mi abuelo Juan
De ojuelos sonrientes,
De mayor ya pleno calvo,
Tocado por don de gentes.


Dicen que hizo el amor
En la misma noche
A madre, haya e hija,
Sin el menor reproche.

domingo, 31 de mayo de 2009

EL CUERVO Y LA GUILOPA


EL CUERVO Y LA GUILOPA

El folklore murciano es prolijo en relatos a modo de fábulas; pido perdón por la tergiversación que de esta muestra hago. Pero así me contaba esta fábula mi abuelo.

PRINCIPIANDO:

Pues eso era una vez el cuervo, que iba volando por los nublos una albada de tempranera, cuando vio a la guilopa que estaba paseándose por debajotes de él, por unos restrojos salpicados de acembuches. Hizo un picado y se acercó a saludarla. Es menester desmoñigar para el que no esté en el ajo que el cuervo y la guilopa se llevan como el chino y el jabón.
El cuervo se dio unos revoleteos y fue a pararse sobre una rama de olivera; y mientras que esperaba a que se aproximase la guilopa, se entretuvo dándose afilones en el pico contra una rama. Aguaitaba a la guilopa de reojo, con riso en sus ojillos picarones. La guilopa se detuvo debajo del árbol al ver al cuervo, que abriendo mucho el pico y dándose con un ala en él, bostezó, diciendo después, dice:
-¡Güenos cías nus dé Dios, comáere guilopa!
A lo cual respondió la astuta guilopa asina:
-Güenos eran, compaire cuelvo.
El cuervo, que no tenía ni una pluma de tontascas, comprendió endeseguida la indirecta tan derecha. Diciendo, dice:
-¡Noes pa ponerse asín, comáere...! ¡Y yo que viniá pa envitalla a que se viniera conmigo pa jalarnus una sartená gachasmigas que tavía tién que estar calenticas!... Ara, que como está visto y comprobao que no queréis na conmigo, pos me vi`a dir yo solido a zamparmelas... ¡Dicaluego, comáere!
La guilopa, que no quería desaprovechar dinguna oportunidad de zampar de gratis a despensas de los demás, como siempre, dijo con dejo suplicoso, dice:
-Discúlposté mis palabros denantes, compaire cuelvo, una nostá en lo que dice; y`indíqueme cuantiantes er caminico las jachas, que sus nos fan a infriar como no sus nos cemos priesa.
A lo que dijo el cuervo, dice:
-Astonces véngase a mi zaga, comáere -y aleó, para emprender el vuelo. La guilopa lo seguía meando el rabo y relamiéndose los morros por adelantado.
A luego, viendo cómo el cuervo bajaba, supuso que ya habían llegado adonde iban. Entonces se echó una correntilla para comencipiar a jamar cuanto antes, pues el azagón le había dado gazufa y el burrucho le estaba tirando retortijones de muerte.
Cuando llegó la guilopa, el cuervo la estaba esperando subido encima de un risco sin haber probado todavía las gachasmigas. La guilopa se dio un suspiro para sus adentros y se dijo para sí misma: "Menos mal que es más tonto que un cerrojo".
El cuervo, señalando un bote de hojalata con la collera muy estrecha, le dijo invitando la primera a la guilopa, dice:
-Ai está lo prometío, comáere. Amos ar nigocio cuantiantes que no hay naide ar que tengamos que asperar.
La guilopa torció los ojos de mala moda viendo de adónde tenía que jalar las gachasmigas. El cuervo dio un revuelo y se zampó encima del bote, coló el pico en él, y venga a zampar gachas cada vez que lo sacaba.
La guilopa se acercó también, pero por más que intentó introducir la cabeza en el bote, no pudo. Probó no obstante con la lengua; sin embargo, ni así llegaba a pillar nada. Así que no pudo hacer otra cosa que lamer el bote por el alrededor y recoger la miaja de gachas que se le caían al cuervo, mientras pensaba que aquel pajarraco tenía aun el ánima más negra que sus propias plumas. Y el cuervo, como que no se daba cuenta de nada.

COMEDIANDO:

Cuando dio remate el cuervo con todas las gachasmigas, se volvió para la guilopa relamiéndose el rojo pico de picaruelo con la lengua, diciéndole, dice:
-Estaban güenas, ¡eh, comáere! -como si no se hubiese dado ni chispa de cuenta de que aquella ni tan siquiera las había catado.
Y la guilopa dijo para disimular, dice:
-Muncho güenas, compaire... -golpeándose la bartola vacía como si se hubiera hinchado de tanto zampar-; Y por eso, aguá yo tamién quió sus envitaros con unas jachasmigas paniceras que me han salío más juenas que er pan de carrasca, pa corriesponder a güestra amable convidá.
Y dijo el cuervo, dice:
-Pos por mí que no quede -encogiéndose de alas.
Y resuelve la guilopa así:
-Pos estonces siguirme, compaire cuelvo -y echó a todo meter para lo alto de la copa de un alterón. La guilopa corría contenta porque le iba a devolver la broma al cutimanero del cuervo.
Cuando fueron llegados y el cuervo divisó de adónde tenía que recoger las gachas, retorció los ojos todavía más que la guilopa; pues la gachasmiga estaba todo esturrida por encima de una losa muy grande en lo más altotes del poyo.
Y contenta dijo la guilopa, dice:
-Aquí están las jachas, compaire. Amos a por ellas cuantiantes, no vá a ser que paesca anguno de estraperlo y se reganche con nusotros sin haber sío convidado, y nus deje sin condumio denguno encima.
Asina, mientras que el cuervo se hacía pedazos el pico, sin poder llevarse un cacho de miga para adentro, nada más que dándole picotazos al pedrusco, la guilopa se dio un par de corridas con la lengua a rastras y dejó la losa de gachas migadas más limpia que una patena en menos que se tarda en decir caliche. A lo que se volvió rustiendo a dos carrillos para el cuervo diciéndole con picardía, dice:
-Po éstas tampoco estaban malas, ¡eh, compaire!
A lo que el cuervo dijo, dando la razón para disimular, dice:
-Y que lo diga osté, comáere: ¡estaban mu requegüenas!
Y agrega contenta la guilopa:
-M`alegro que l`hayan bustao.
Y la guilopa se echó sobre el risco para hacer la digestión, el morro entre las patas para que el cuervo no la viera reírse.
El cuervo, que estaba de malauva porque la guilopona aquella le había devuelto la gracia, escarcuñó por su oscura sesera una malaidea, y soltó cuando la tuvo pillada:
-Qué le paice, comáere, si nus zamos una güelta por los cielos nusotros dos -le propuso lisa y llanamente.
Ésta levantó la cabeza con pereza, y reparó en una dificultad muy dificultosa que pensaba que el cuervo no había tenido en cuenta:
-Eso no pué ser, compaire, poique yo no puó golar.
Pero el cuervo le replica:
-Eso noes pobrema, comáere mía, que ya la llevo yo cima d`un ala.
Y, asín, la guilopa se puso a ver con buen gusto la idea de subir a los Cielos, sin darse ni cuenta de que no era más que una chancha marrancha del cutimañero del cuervo, que quería vengarse por la burla de las gachas.
Y a luego, a luego, dice:
-Sí que me bustaría a mí subil allí ribotas, ande enjamás de los jamases h`estao, pa poder vel a toos los santos...
Y el cuervo, risueño, dice, dijo:
-Pos no s`hable más dell asunto y amonte.
Recelosa la guilopa dice, dijo:
-¡Pero ten muncho cudiao... no vaya a cäerme!
Y el cuervo, riéndose para sus adentros le dice, le dijo:
-No se precupe, comáere zorra, que no se caerá osté por un mal descudio mío.

RETAMANDO:

Y así, la guilopa se subió en el ala zocata del cuervo, y éste tomó una miaja de carrerilla por cima la losa para poder remontar el vuelo con el peso extra de la guilopa montada a coscaletas en la espalda del cuervo.
Se fueron yendo para arriba, para arriba, despacio, despacio, y ya que estaban muy altotes, le dice el cuervo a la guilopa, dijo:
-Comáere, ¿ves la Tierra?
Y la guilopa responde:
-Sí que si que la veo: jrande, jrande como una era `trillar.
Y el cuervo para arriba, para arriba...
Y al rato le pregunta otra vez a la guilopa:
-Comáere, ¿ves tuiscovía la Tierra?
Y dijo la guilopa, dice:
-Sí... Ara pequeñica, pequeñica como una bola cegote.
Y el cuervo para arriba... para arriba...
Y al rato vuelta a decirle, dice:
-Comáere, ¿ves la Tierra entavía?
A lo que dijo la guilopa, dice:
-No, ya sí que no se ve naisca.
Entonces el cuervo se paró en el aire.
-¿Es que ya habemos llegao al Cielo, compaire cuelvo? -preguntó la guilopa al cuervo con la voz pirpirotosa de canguelo.
Y dice el cuervo, dijo:
-No, que es que m`he parao pa que te mües d`ala, que ésta ya me duele muncho de tanto tiempo de cargar contigo.
Y cuando la guilopa se estaba trasladando a la otra ala, va el cuervo y menea las alas para un lado y la guilopa se cayó para abajo dando vueltas por los aires.
Y mientras que iba cayendo la guilopa chillaba así... todo lo más fuerte que podía:

-"¡Mujeres, pastores!,
poner sábenas y cobertores,
que baja la Virgen de Los Zolores..."

Al oír aquello, los huertanos que vivían por allí debajo, pusieron todas las sábanas y todos los cobertores y todos los tendidos que tenían en las barracas en una garbera muy grande, una montonada, porque como no se veía bien lo que estaba cayendo de los aires se lo habían creído y querían salvar a la Virgen Santa.
Y cuando la guilopa, que no paraba de dar chisclidos sin darse resuello cayó en blandito encima de toda la parvada de ropa, una pastora que la ve dijo, dice:
-¡Anda, pos siés la lairona que me robó las jallinas la otra escurecía!
Y la guilopa tuvo que salir huyendo de allí, abrujada y con el rabo entre las patas, perseguida por los huertanos y los pastores y todas las mujeres, que iban detrás deslomándola a palos.
Muy luego, se vieron de nuevo la guilopa y el cuervo. El cuervo andaba subido adonde no llegaran los corcovos de la guilopa, sacándole burla diciendo, dice:
Comáere, ¿no quiosté que`hagamos un viajeciquio par Cielo, pa vel a los santos a los que les tiene usté tanta devoción?...
A lo que decía la guilopa, dice:
-No, belitre, que ya he tenío bantante con vel a los santos de palo, avilucho -tirándole tarascadas al aire, sin poder coger al cuervo aunque sólo fuera por la cola.
Y colorin colorado, este cuento se ha rematado.

José Ruiz DelAmor
Murcia, 1979

sábado, 30 de mayo de 2009

CANTUSEO ALL APIO


CANTUSEO ALL APIO

Apio, apio, apio...
menudico y sapio.

Llo all apio quió cantalle
una canción andorrera,
que ande por tol mundo
i trespase las fronteras,
i qu`esté bien escribía,
con prosapia i con solera,
pa que utiquios s`enteren
qué se cría por mi tierra.
I lo `aré con una istoria,
bien rial i verdaera,
que me pasó `ace tiempo
cuandi andaba sin pareja,
com`un pájaro sin nío
u becicleta sin rueas,
más solo i más perdío
qu`er probe Cascaciruelas;
sin comparanza lo mío.
Munchas cosas ¡rechigüela!
tengo c`ajraecelle all apio
-i se las doi mu de veras-,
que por comedio de éll
me ligué a la Manuela,
que una ves que llo estaba
recostao junto a la cieca
-no se me vía ni er sombrero,
ocultao por las güierbas-,
vino a pasar la muchicha,
i se prendó de la era
viendo los tallos reverdes,
preñaos de agüica fresca;
y en viendo que no vía naide,
d`un blinco dejó la verea
y s`aponó dentre las matas
esmestándome la cosecha.
Llo, que la esfiso de riojo,
me igo: "Esta es la güena",
i la ejé que esflorase
toas las matas que quisiera.
I cuandi `ubió arrematao,
ejando perdía la apiera,
salte velós com`un llampo
i vociando com`un loqueras:
-¡Me cate en crillas, zagala!...
¿Qué `as `acío con mi cosecha,
que tenía llo bien cultivá`
pa sacalle unas pesetas?...
Ella ejó caerse all apio
a sus pies, de mieo muerta,
i trataba de marcharse
reculando por la zaguera.
Pero la ensujeté der brazo
i apreté con toas mis juerzas.
-No te me trates d`escapar...
que no te m`escapas. ¡Por éstas!
C`as de pagarme con creces
esta ruin cuchillá trapera.
¡Qué bien poco t`as precupao
der daño c`acías, Manuela,
mentres te jalabas toll apio
como si fuás tú la dueñá!...
¡Que a lo `echo, pecho;
que tiés que te sobra, nena!
-¡Hay que ver, Josefico!,
te pones com`una fiera
como si te `ubiá robao
tuisco lo c`ai en la era,
cuandi namás c`an sío
unos cuantos tallos de yerba.
Llo no iba a torcer mi brazo
angora, qu`estaba ensujeta:
-¡Unos cuantos tallos ices!,
¡unos cuantos, repuñeta!...
¡T`as zampao tuico ell apio!,
¡m`as ejao sin mi cosecha!
¡Tú no pués inmaginarte
er daño que m`ac-esta faena!...
I manque tuviás tú razón,
i sólo unos cuantos jueran...
¡`An sío de mi propiedá...,
que soi er dueño `la era,
i naide ná más que llo mesmo
tié er derecho de cogella!;
i acomo no estoi casao...
a naide l`entrego cuentas!
Si tú jueras... pos mi mujer,
tendrías derecho a cogella;
pero que como que no lo eres,
tenías c`aberte estao quieta.
-¡Maére mía, cómo te pones!...
¡No irá la cosa d`enveras!,
llo no me lo puó de crer...
que sea la cosa tan seria!
Llo lla no podía recular,
anque ¡me daba tanta pena
la probetiquia esjraciá,
llorando com`una Madalena!:
-¡Hombre, no...! Claro, claro,
la niña es toa una reina...,
i tos los mozos se le rinden
a sus pies como veletas...
i ¡que llo me doble tamíén
a sus plantas sandungueras!
Pos t`as dequivocao, bonica;
te pués morir si ansí asperas,
qu`éste qu`está-quí presente
antes de naide se doblega...
¡Ni lo ice frente a un ray,
ni ante presona cualsiquiera!,
sólido m`apono enfrente Dios,
poique no es denguna vergüenza
acello ante nuestro Criador,
que nus dio la vía entera...
i sería llo un malnacío
si asina mesmo no l`aciera.
Pero... no llores más, mujer;
sécate las lárimas, venga,
que no es pa tanto la cosa,
i ell apio... ¡vaiga a la mierda!,
que no te pueo ver llora...,
¡que le meto fuego a la era!...
-Es que t`as ponío d`un móo,
de tal jorma y de tal manera,
que se m`a puesto no sé qué
en er cuerpo i la caeza...
¡Quién m`iba a dicir a mí
que tanta importancial le dieras!
Lla era ora d`echarme p`atrás,
lla que la cosa estaba echa:
-Mujer, es que asín..., ar pronto,
la cosa me paeció mu refea...;
pero, ara, piensando dempacio,
no jue pa peldel la sesera
de la moda que lo `e `acío.
Te pido desculpas sinceras...
I asín, `ablando d`aquello
i l`otro, bien requetecerca,
me la jui acaramelando
poquico a poco, i no veas
cuandi dio remate la parla
acómo me quería a mí ella.
-¡Manuelica de mi alma,
como er pan estás de güena!
-No me igas tales cosas,
que los pelos me se yelan.
I en la noche amanecía,
allí, comedio mesmo la era,
le dí un besazo sonoro
que sonó por toa la tierra,
dispertando a los vesibilos
i a las pantasmas de l`aldea.

-¡Manuela de mis entrañas,
amos correndico!, no sea
que m`entre la temblorina
i ver a tu páere no puea;
que vi`a pidille tu mano
pa insécula inseculera,
pa ser tu marío pa sempre,
por toa la vía que me quea.
¡Amos a tóo correr turbio!
que los juesos me se yelan
de mieo que tengo a tu páere,
por si un caso me se niega.
-¡Ay, Josefico querío,
ya era ora que lo dijieras;
que allevo asperando esto
dende que se murió mi agüela!
Los dos echamos corriendo
por encomedio `la senda,
arrecogíos de las manos
i mu juntas las caezas.

Obra de José Ruiz DelAmor
Murcia, 1988

viernes, 29 de mayo de 2009

LOS SIETE CABRITICOS Y`ELL LOBO


LOS SIETE CABRITICOS Y`ELL LOBO

(cuento infantil)

1.Encomencipio

En una casica mu bonica en comedio der fosque, vevían siete cabriticos con su máere, que los
protegía de tuiscas las deficultás. Allí, los alimalicos blincaban y jubaban, sempre embajo la mirá
vrigilante e su mama.
Tanimentres, dende l`aspesura, esconnío dentre l`arbolea, ell lobo asperaba er momento en que se fuá ida la galupa, qu`es una cabra blanca como la carta, pa jalarse a los pequeñiquios.
Un día, la maire se tenió qu`il a mercal a la plaza, i llamó a los siete mañacos pa dalles las estruciones pa mentres qu`ella estuviá juera.,
-Hijos míos, me tiengo qu`il ar mercao... Y quió que me prometáis que no le vis a-bril la puerta a naide hista que no sus hagáis segurao de que soy yo, y naide más.
Er más mayor de los chequeticos, ijo asacando er pecho, ice:
-Asín mesmico s`hará, mama; no se precupe osté.
-Tener muncho cuidiao de que no sus engañufe ell lobo, muchichos; qu`es unu cutimañero redomao.
Se colgó la galupa la capaza der cuello y salió a la puerta la calle.
-Atrancal la puerta mu bien por dentro con er mozo, y no l`abráis a naide; no sus digo más.
-¡Dicaluego! -dijieron utiquios los cabritiquios rejuntaos.
La galupa echó a-ndar por la verea lante, dasta que s`envesibiló dentre los árboles de la fosca escura.
Ell lobo, qu`estaba esfisando cómo s`iba la máere, se pasaba la llengua por los morros i s`arrascaba er cocote con una pata, esfloreando anguna e sus chanchas marranchas pa mincharse a la mañaquería. Jalar zampar i namás, es en lo que sabía pensar er tragón.
Los cabritiquios, en cuanti que se jue ida su mae echaron er mozo a la puerta, i s`asentaron alreor de la mesa la cocina sin dicir ni media.

2.Encomedio

Ell lobo s`acercó dempacio, dempacico a la casa i llamó a la puerta: “Pomm..., pomm...”
Aentro la casa, los cabriticos s`asustaron muncho, i se rejuntaron toicos en un rinconcico con los los de la lana de punta, tiesos de canguelo. Endeseguida, er más mayor d`ellos s`encarruchó pa la puerta.
-¿Quién es? -dijió.
-Abrir, hijos míos, que soy güestra máere -ice ell lobo.
-No, qu`eres ell lobo; que mi mamá tié la vos más clara, i tú la tiés mu ronca.
I ell lobo se jue tóo enfurrunchao pa su lobera, i se zampó una ocena güevos crúos pa ponerse la vos más clara. I se golvió pa la casica i llamó otra ves a la puerta, no mu afuerte: “Pomm..., pomm...”
-¿Quién es? -dijieron ende drento.
-Abrir, hijos míos, que soy güestra máere -ice ell lobo con la vos mu fina.
-Pos asoma la patica por debajo la puerta.
Ell lobo metió una pata por debajo la puerta, i los cabriticos, ar vel las jarras afilás i la color tan escura del pelo, negro como la bruneta, dijeron, icen:
-No, qu`eres ell lobo; que noestra mamá tié las piernas blancas, i tú las tiés mu negras -i uno e los mengajos le dio una patá en la pata.
I ell lobo golvió a golverse pa su lobera, s`echó una armostrá d`harina esturreá por toa la pata, i, dimpués, se jue otra ves a la casica, i llamó a la puerta: “Pomm..., pomm...”
-¿Quién es?
-Abrir, hijos míos, que soy güestra máere.
-Pos asoma la patica por debajo de la puerta.
Ell lobo coló la pata llena d`harina por debajo la puerta i los cabriticos, ar ver qu`era blanca como la de su mamá, dijieron, icen:
-¡Ah, qu`es la mama!
Esatrancaron la puerta der mozo, i en cuanti que vido ell lobo qu`estaba la puerta abría, s`entró pa dentro a tóo correr turbio com`un pelús i principió a preseguil a los cabritiquios i a chisqueárselos d`un bocao ande los pillaba. “Uno..., dos..., tres..., cuatro..., cinco..., sais..., y... ¿...?...”
“¿Ánd`estará er que me farta?...”, piensaba ell lobo mentres que reguscaba por toa la casica sin que resultara por dengún lao. I ya que s`hartó de dar güeltas Cescarcuñando, se jue; poique la galupa no tardaría muncho en golver, i poique amás, era er más chiquitujo er que s`había dejao sin jalar, i no tendría muncho chiche siendo como era tan mengajo.

3.Remataera

Cuandi la máere abocó ar caminico la casa y vido la puerta abría, s`echó una correntilla, i dentró en la casa tóo atrabiná, i chisclando:
-¿Ánd`estáis, hijos míos?... ¡Vrigen e la Juensanta, qu`esjracia más jrande ha pasao aquí!...
Y`er más chequitín e los cabriticos, qu`estaba esconnío en la cajica er reló, ar sintil los chillíos que daba su máere, salió dando blincos.
-¡Mama, mama...! Ha vinío ell lobo, y nus ha engañufao, i l`habemos abrío la puerta creyéndonos qu`era usté, i sa comío a tuicos mis hermanicos. Y`a mí no m`ha pillao poique m`h`esconnío en la cajica er reló.
La galupa cogió ar pequeñín, i se jueron siguiendo las güellas dell lobo... A luego, se lo encuentraron acostao all lao d`un pozo d`agua, espatarragao encima d`un ribazo.
La máere asacó unas estijeras mu jrandes c`allevaba, i, dempacico pa qu`ell lobo no se dispertara, le jue abriendo la pancha hista que pudieron salir los cabriticos que s`había zampao enantes. Los mandó a tóos que se callaran poique armaban muncha escandalera y`estaba a pique de que se dispertara ell lobo. Lluego, le zamparon dentre tóos una güena montoná e pedruscos y tolmos en la bartola all lobo, i se la golvió a cierrar la máere, cosiéndosela con una buja y`hilo. Alluego, se jueron pa su casica, la señá cabra i sus cabritillos, tan contentos y tan campantes.
Cuandi ell lobo se dispertó de su soñarrera, s`encontró mu pesao de vientre, i si a pocas no allega ar pozo pa echarse de bruces i meterse un trancazo de agüica bien fresca, pa ver si asín se le pasaban los retortijones que tenía. S`asomó por cima er pozo, i s`abocó pa beber; cuandi las piedras que tenía nel astógamo se le abajaron pa la caeza, se cayó entro er pozo con tol peso; con tol equipo, vamos. No púo nadar er pobre con tantismo peso cargao, y s`ahogó com`una piedra en er río
Y`enjamás de los jamases golvió a paecer por allí más ell lobo, i los cabriticos blincaron i jubaron sin que naide los molestara más nunca.
I colorín, colorao, este cuento sa rematao.

Cehegín (Murcia) 1978

jueves, 28 de mayo de 2009

ER COMENCIPIO DER MORCIGUILLO


ER COMENCIPIO DER MORCIGUILLO

(Traducción al murciano de "La génesis del murciélago")

A Darwin

Er ratón de monte enjamás de los jamases habïa esfisao la nieve, no habïa visto un nevazo. Asín, cuandi nievó por ves prime i la vio blanca como la carta, la aciguató i remiró como a una cosa cirimindrángana, con canguelo, i er sol, que s`espejaba nella, lo cegó. En su ceguez, sin ver ni tres amontaos en un burro, trompezó en la primera piedra que pilló como un zote i se cayó pa bajo abajotes dende tóo lo altotes de la montaña a espachurrarse com`un güevo d`un nío de pájaro en er suelo de l`ondo. Pero jue tan larga la caïda, duró tanto tiempo er caepabajo, que le surtieron alas der pellejo de su propia encarnaúra i remontó er güelo sin acerse saldiguera, convirtiéndose-n un morciguillo volandero.

Para más textos en murciano y panocho vayan a mi espacio en MSN a través de este enlace:
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martes, 26 de mayo de 2009

BANDO MURCIANO


BANDO MURCIANO

Pa general conocencia
de utiquias las presonas,
s`hace sabel a to-l puebro
i a tuiquias sus peanías,
a las presonas honrás
y-a las que son malnacías,
que se v`hacel un concurso
de trasiego de bebía,
pa que s`ahoguen las penas
i que raine l`allegría,
en estas fiestas que vién
de la Vrirgen de María,
la partrona d`este puebro,
que la tenamos perdía
de no mentalla pa ná,
ni pa icille una misa‭;
esto s`hará y será
si hay dinero en l`alcancía
qu`en ell Ajuntamento tié
colocao l`alcardía
pa que le vaigan llenando
toas las presonas,‭ ‬utiquias,
pos si no es asín no habrá
fiesta a la prepartía
poique si no hay dinero
no habrá tampoco bebía,
ni cerveza ni tintorro,
ni coñases ni sangría,
y`habrá c`hacel er concurso
con cubatas de lejía
u con agüica der grifo,
i naide s`apuntaría‭;
asín que tóos a rascarse
er borsiyo una misquita
pa qu`esté la fiesta en pas
i que tengamos bebía
dasta que s`harte tóo quisque,
i la qu`enjamás bebía,
pa que lo haiga una ves
anque sea en toa su vida.
Tuico se quea dicío.

Pepe er de la Sea

domingo, 24 de mayo de 2009

ADIVINANZAS EN PANOCHO (13 adivinanzas)


ADIVINALLAS PANOCHAS


(Adivinanzas en panocho duro y puro, o al "verres")

Post sin númbero, marca u señalaera d`adivinanzas, adivinajas, adivinas, adivinetas, adivinallas, que tuiquias son parabras primas.

Tema: La llengua murciana u panocho, qu`es ell idioma uficial e la güerta murciana, i que s`esturria por utiquias las previncias d`areor i part-ell istranjero. Ascribías como er Dios der cielo manda, con lletrica clara i jorda pa que toico ell presonal las comprienda en cuanti que las esfise de riojo. Pa los más duros e mollera, la resolvición l`hamos ponío enparejás pa las presonas bilingüeras: en panocho prime, y dimpués en la llengua uficial dell amperio inbérico. Namás que sus dará la esplicaera e los tréminos i palabros más defíciles como ayúa pa los zotes; siesque fuá mester treducir to lo ascribío a otr`habla más facilica..., pos lo avisan y en pás. Ansí que comencipiamos.

1.

Adivina, adivineta:

Un pajariquio que güela

pol lla noche y`es cegato,

no tié pico sino muelas

i que bebe e lla teta

e su máere; ojo all dato.
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2.

Es qu´esto paice una cosa e risa:

Cuanti más jrand-es,

más menos s`esfisa.
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(Esfisar. Ver, mirar.)
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3.

Es una jubesca u distrayenda

qu`es que no ai naide que lla entienda:

Una armostrá d`ombres granaos

en detrás d`una pelota lanzaos,

y`un tío chifla, silba y`hista pita

pa intentar dalle serjo a lla contienda,

i utiquio er mundo que s`enrita.
***

(Serjo. Salida.)
***
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4.

Cuajaíca estaba e granos

yo, enbra i con toa lla barba,

i me llos quitaron con llas manos

como quien tira una salva.
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5.

Güela, güela con sus colorines

pol llas güertas i pol llos jardínes,

esturriando alegres latines.
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6.

Vaiga un palabro tan lindo,

que risulta cuasi bonito

er palabro con qu`er panocho

le habla aflojo ar güido

a lla zagala qu`er sentío

lle tie atontinao i perdío

com`un pajariquio sin sentío.

Versos y-allevo hechos ocho,

y-eso ya es bantante, Galindo,

pa que tú me pegues un grito

i darme una rispuesta ar cito.
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7.

Va p`allá,

vié p`acá,

i pa`lante

i p`atrás

con llas zagueras

sentás.
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8.

Anllí gual-lo mis aörros

manque no llos meta a chorros,

nella zampo las pesetas

anque tú enjamás llos metas;

que güelvo a tenello otra ves

con c`un esclate lle dé.
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9.

Da güeltas com`un molino

sin ser molino, vecino;

da güeltas cargando abua

i sin ejar de soltalla.
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10.

Esfisándola ver dar güeltas por los hombros

no paro de tener yo milenta asombros.
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11.
Pa qué te vi`a dicir
lo que s`oculta en mí,
primero m`has d`abrir.
***
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12.
Caballico e metal
con cuerpo d`escarabajo
que va pa riba y pa bajo,
pa alante i p`atrás
sin que le cueste trebajo.
***
*
13.

Me güelo, me güelo, me güelo

que me vi`anlejar der suelo.

***
*
14.
*

Solvinciones:

1. Er morciguillo (el murciélago).

2. Lla escuriá (la oscuridad).

3. Er furbol u fulibán (el fútbol).

4. La panocha (la mazorca).

5. Lla cavernera u cabernera (el jilguero, también conocido como colorín).

6. A bonico o abonico (en voz baja, suave).

7. Lla abruzaera, algunsaera, mejior o argunsandera (el columpio).

8. Lla alcancía (la hucha).

9. Lla ñora (la noria).

10. Lla caeza (la cabeza).
11. Er paquete.
12. Ell halicótero (el helicóptero).

13. Er güelo (golar).
*

Aboa dirán toos llos feligreses qu`esto es mu cirimindrángano i que no ai ni Dios qu`entienda ni pajolera idea en lleyendo que lleyeran toa la reparandoria. Pos que lles den sardiguera.

Nota del autor: Para aquellas personas que se vean incapaces de traducir el texto en murciano, disponen de un Vocabulario de la Llengua Murciana en la carpeta PUBLICO, así como de posts a tal respecto en la carpeta MURCIANO Y PANOCHO. Sepan que el murciano o panocho aún se puede escribir con un mayor grado de dificultad.
Encontrarán ésta y otras muchas más adivinanzas siguiendo este enlace en mi espacio en MSN:
http://jrdamor.spaces.live.com/?_c11_BlogPart_BlogPart=blogview&_c=BlogPart&partqs=cat%3dAdivinanzas

sábado, 23 de mayo de 2009

LA ÚLTIMA SALIDA


LA ÚLTIMA SALIDA

A la mar;
no, al mar...,
compañero en horas solitarias

I

Prólogo

Cuando me busque la parca
quisiera que me encontrase
sobre una tierra árida
para que germinen en ella
las flores de mis entrañas.

Aquella albada, como todas, el tío Boli tomaba tempranera y se deslizaba a todo lo largo de la costa
arenosa, dejando tras de sí una estela de pisadas muy próximas unas a otras. Como todos los días,
las huellas seguían la misma carruchera de siempre: la barca.
Su barca.
Barca, vieja barca, con penas de nostalgia que corcaban su ánima varada entre la arena mollar,
constantemente reclamada por las ondas marinas, a gritos. El mar macho, bravío..., con redaños,
que tantas y tantas veces acunase entre sus cuestas a esta antigualla de nave mediterránea ahora...
Roída.
Se acoda cansino, con todo el peso de sus veinte pesetas largas de esforzada edad, sobre uno de
los reones de la nao y lía un cigarrillo con pulso pipiritoso, que no siempre arriba a puerto seguro,
al socaire. En tanto, con los ojos del alma, contempla la extensa llanura de allende la linde del
horizonte.
Obertura.
¡Cuánto hacía que no se reunía con la mar, su amada, amante... mar!; ¡cuánto tiempo! ¿Cuánto
tiempo?... ¡La maldita, la celosa... mar! Desde aquella salobre jornada en la que adquirió el
conocimiento, lamentablemente fatídico, de que no podría volver a salir. Para insécula seculera,
sin más tutía.
Jamás.
Sentía sobre su encarnadura, en repeluznos espasmódicos, el helor de la boria invernal, que teñía
de tristeza las plácidas y tersas aguas del pequeño mar, hijo, pariente pobre del Mediterráneo, preso
en un palmo: el Mar Menor. En lo alto, el cielo aparecía enlloscado.
Nublo.
Un cancro aventurero atravesó lento la playa, sorteando precavido las algas revejidas, en ruta a
tierra adentro, para regresar, asustado y presuroso, avisado por la sequez del terreno, poco después
al seno de la madre mar; veloz, todo cuanto se lo permitían sus patas quitinosas y su andar zaguero.
Desamparo.
Él, veía como nadie los cambios que sufría permanentemente la sufrida mar, su querida mar; el
renegrecimiento de sus aguas, sus vómitos a la playa parda de sustancias chanas, el coleteo de las
olas sobre las losas, cada vez más débil, su canto agónico y sus gritos de desesperada moribunda. Y
esterilidad; ausencia de habitantes acuáticos.
Muerte.
Un gavinote revoloteó por sobre la lengua espumeante de las olas, liberándolas de extrañezas
hediondas, que ella intentaba vanamente excretar al no poderlas digerir el mar, ese inmenso
estómago, basurero social comunitario. Las algas diseminadas por sobre la arena, hedían, olor
familiar y natural.
Podredumbre.
Día por día bajaba antes de la salida de los pescadores que, corto tiempo atrás, fueran sus
compañeros. Con casi todos había formado pareja alguna vez; el tío Boli era de los pescadores más
expertos. Había sido... En caso de que aquéllos no salieran, allí se encontraba él: molliznara o
soplaran las endemoniadas.
Perenne.
De la cuesta arriba le llegan las voces recias, varoniles, de los que se harían a la mar. Sentía sus
pasos, sus bromas, sus risas, sus... Rodean las barcas, segregando a la del tío Boli, ataviándolas con
las artes para sus diferentes pescas como si enjaezasen caballos purasangre, de pura raza, de gran
valor... Sólo una permanece deslucida y deslúcida, desarbolada y ruinosa.
Desolación.
Todos los hombres de mar le conocen en aquel su pueblo, Los Alcázares. Quién no se fijaría en
el viejo romo que, a la salida comprobaba el buen avío de todas las embarcaciones sin excepción, y
a la llegada, era siempre allí, sonriendo, ansiando averiguar cómo les fue en la jornda pesquera.
Búsqueda.
Buenos días, tío Boli. No son muy buenos que digamos. Cada día tiene su ese... Hablaba con
unos y otros dando arrodeas entre las barcas. ¿Qué vais a matar gusotros?... Si caen, mújoles, y si
no, lo que se pesque. Daos una vuelta por Los Pedruchos, que es muy buen sitio. Asín se hará si
usté lo dice. Quienes saldrían en pareja discuten sobre dónde irán a bolear.
Acción.
Y de esta moda, hasta que se iban todos, pescadores y familiares: esposas. A luego, se
empequeñecían las barcas por sobre la raya de la linde del horizonte, y remataban por emboriarse
entre la niebla. Mucho rato después, el tío Boli aún escuchaba la saloma de sus voces prendida
sobre las crestas espumosas de las olas.

Mi agüelo jue boleador,
y mi páere bolichero;
y en mi familia toicos,
toicos semos marineros.

Y queda erguido sobre la oscura arena del amanecer, bajo el cielo cubierto, acariciados sus pies
alpargatados suavemente por el agua salada en sus continuas venidas e idas... Atrayéndole, como
una amante celosa y posesiva. Queda...
Solo.

II

Epílogo

Un barbero cruza la playa hacia los pedruchos cargando sus apechusques al hombro, silbando una
pegadiza cancioncilla de moda, de moda el pasado verano, que menciona estúpidamente al mar, al
sol, las olas, la playa... y, sobre todo, a bobas muchachas quinceañeras, nacionales o extranjeras;
qué más da.
Ignorante.
Para el tío Boli, nombre que le vino dado por su maestría en el arte de redar con el boliche, la
pesquera nunca jamás fue una afición, un divertimento para pasar el rato; era constante lucha,
diaria entrega, siempre menester y eterno enfurrunchamiento. Buenos días, colega. ¡Quiá!
Pasión.
Un perrito albo con máculas berrendas en la piel cruzó la arena ladrando de puro contento y se
enredó entre las piernas combadas del viejo, brincando sobre sus pantalones de pana raída, en
incesante alborozo. Él, se aponó sobre la húmeda arena y acarició el lomo sucio del callejero con
afable efusión.
Amistad.
La mano custrida y callosa del anciano pescador acarició la también ahora custrida madera del
gaón de proba de la barca. Barca que jamás abocara, ni aun en los temporales más furibundos,
segura y firme siempre, trepando por las montañas marinas cual un pez más.
Constancia.
Y, ahora..., cuánto echaba a faltar el abrazo frío y posesivo de las aguas... Hendir las olas
peneando a favor del viento o filear en su contra, servada la barca por su férrea mano invacilable,
mano con redaños, como el mismísimo mar.
Guía.
Pisó los anquilosados leños de la cubierta, que chillaron gozosos, y se sentó sobre uno de los
bancos, el central; la roa enfilada recta al mar. La barca, aprisionada por la arena amontonada a sus
costados, se movió tenue e imperceptiblemente a causa de los movimientos deslabazados del añoso
hombre.
Inquietud.
Recuerdo sutil de la primera vez que montó a su querida Antonia, luego más tarde su esposa,
desafortunadamente por pocos años, reclamada tempranamente por la muerte. Juan, no te alejes
mucho de la orilla, que tengo miedo. Tranquila, mujer, que vas conmigo.El nombre de la barca,
deslucido, acuna una lágrima salada.
Amor.
Pensativo, volvió a enrollar una miaja de tabaco, y fumó despaciosamente mientras se
ensoñiscaba rememorando lejos tiempos acuáticos y añoraba salir al mar de nuevo. Hacer, aunque
sólo fuese, su última salida. Abajo, el perrito salta afanoso, tratando de acceder al seno de la barca,
sin conseguirlo.
Pasado.
................................................

Brumas oníricas...
Espumarajos salinos...
Acunantes mecidas...
Abismos marinos...
(Nauta perdido.)

...se apercibió de que el aire que respiraba era menos pesado y húmedo, el boriazo desaparecía.
La tropajada de nubes que taponaba el cielo desgajó, dejando paso al sol, que al punto pulió la
superficie marítima en brillo retijante. Sentía el cálido contacto de los rayos solares sobre su
encarnadura, rejuveneciendo sus fuerzas momentáneamente.
Luz.
... la barca, animada de vida propia, se deslizó por sobre la blanda capa arenosa y recorrió las,
aproximadas, veinte varas que la mediaban del agua. Escardufló sobre las ondas, que, heridas,
gimieron. Crujía la reseca madera alarmantemente con el son de los argunsones. Y, lentamente,
barca y jinete fuéronse perdiendo en la lejanía, dejando atrás, muy atrás, la costa; la barca
henchidas sus velas, transparentes, al viento, empujados por un suave jaloque levantado a tal
efecto, tomaron rumbo a Las Encañizadas para abocar al mar grande.
Libertad.

Sonriendo y cara al viento,
en la boca un dulce canto;
quiero, cuando llegue mi tiempo,
no encontrarme descansando...
..........................................................................

-¿Está muerto, verdad?
-Sí... Por lo visto se ha quedado dormido y así le ha pillado la muerte.
-Pero fíjate que parece como que se está riendo.
-Desde que se quedó ciego no andaba muy bien de la cabeza. No hacía más que pensar y hablar
del mar. No pensaba en otra cosa, y eso no puede ser bueno del todo.
-¡Quitadle el cigarro, por Dios, que se está quemando los dedos!
-Pobrecico..., que Dios lo tenga en su gloria.
Si aquella buena gente hubiese alzado la vista al azul, probablemente habría vislumbrado una
sombra que surcaba el espacio céleo en dirección al sol, que se perfilaba al través de unas espesas
nubes de lluvia. Su forma recordaba vagamente la de una barca de vela latina. Los lastimeros
ladridos al cielo de un perrito se perdieron en la distancia sin alcanzar a su objetivo.
La mañana continuaba gris y opaca, en cerrazón, como la misma muerte.

Acabóse
*
Nota: Esta es la versión completa y original que ideé en primera instancia; creo que mejor que las otras publicadas en varios sitios de la red.

José Ruiz DelAmor
*
***
*

viernes, 22 de mayo de 2009

¿DICCIONARIO MURCIANO O PANOCHO?

DICCIONARIO DE LA LLENGUA MURCIANA O PANOCHA
¿Puede hablarse de diccionario de la llengua murciana?... En mi opinión, rotundamente no. Y menos aún de diccionario panocho. Diversos escritores murcianos, que lo hacían en esta "llengua", opinaron como yo, incluido el mayor poeta murciano que ha existido, Vicente Medina.
Sí podemos hablar sin embargo de un indudable vocabulario de gran acerbo, vocabulario que es lícito y obligado cuidar y pulir en lo posible. Tal vez la mayor dificultad que encontró la llengua murciana para desarrollarse, aparte del influyo negativo político, haya sido la corta extensión de tierra murciana: el pez chico es devorado por los grandes, sabido por todos.
Considerando a la llengua murciana como una rara avis en plena extinción, el homenaje al genio que tan curiosa forma de expresión ha generado, brindando jolgorio y alegría al público lector y oyente, nos convierte en deudores eternos para insécula seculera para con estas, sobre todo, amenas palabras que la conforman.
José Ruiz DelAmor

Z (ceda)


Z
(zeta u ceda)

Zache. adj. Adán, desastrado.
Zafa. f. Palangana.
Zagal, -a. m. y f. Chico, joven.
Zangonear. v. Gandulear, hacer el vago.
Zanguango. m. Zagal de gran talla y corpulencia.
Zorongo. adj. Modo de hacerse el moño.
Zurriaga. f. Bufanda retorcida o correa que se usa en el juego de "la correa por detrás", algo bestia dicho juego, por cierto.
Nota:
Todos los posts, de la A a la Z de este vocabulario murciano y panocho, serán actualizados muy a menudo.

Y (grega)


Y

Yanda. m. Llanta.

X

X
Xalación. f. vulg. Exhalación.
Xilofón. m. vulgarismo por xilófono.

V (b baja)


V

(b baja)

Váera. f. (de varadero) Charco, regajo formado en el cauce de un río.
Vaguería. f. Vagancia.
Väido. m. Vahído, desmayo.
Vayaras. forma verbal por fueras. Frase. “Me gustaría que vayaras a mi casa.
Velorio. m. Velatorio.
Verdolor. m. Verderón, pájaro.
Veros. f. v. imperativa. Id, idos, IROS.
Vertir. v. Verter (vulgar).
Vevir. v. vulgar. Vivir.
Vigulín. m. Especie de violín de menor tamaño.
Virigüela. f. Vuelta, voltereta.
Volandero, ra. adj. Dícese del pájaro que comienza a dar sus primeros vuelos o se encuentra a punto de abandonar el nido.
Visibilo. m. Duende, fantasma.
Viso. m. Combinación femenina, prenda interior.
Volantinero, ra. adj. VOLANDERO.
Voletear. v. Volar, revolotear.
Voleteo. m. Revoloteo.
Volteta. f. Vuelta, voltereta.
Vortereta. f. Voltereta.

U

U
U. conj. O. Ejemplo: perros u gatos.
Unico. diminutivo por uno, número.

T


T

Tabas. m. y f. Persona alta.
Tambalache. m. Tambalillo, TAMBANILLO.
Tambanillo. m. Tambalillo, tanganillo, TAMBALACHE.
Tápena. f. Flor de la alcaparra.
Tartaja. m. y f. Tartamudo.
Tati. f. v. por estáte. Ej: Tati quieto, que paece que tiés azogue.
Tavilla. f. Taravilla, haba joven, vaina de haba tierna.
Telutria. En la frase"experencia, telutria, juerza y salú".
Tembleque. m. Temblor. Temblar a causa del miedo.
Temperanza. f. (de temperatura y templanza) Temperatura, templanza.
Terce. m. Tercero, el tercero (infantil).
Tercelaño. adj. De 3 años de edad.
Terrero. m. Ribazo, terreno.
Te se. Metátesis vulgar por se te... Ej: Te se va a ir el novio con otra.
Tiempo. m. Edad. Ej: ¿Qué tiempo tié tu hijo, María?
Tinorio. m. (de tino). Tino, puntería.
Tintín. m. Cierto pajarillo de escaso porte.
Tiñalpa. adj. (de tiña) Desastrado (Cartagena).
Tiquismiquis. m. pl. Líos, chismes. Naderías, nonadas.
Tirar. v. Avanzar, ir, dirigirse. Ej: Tira pa tu casa.
Tiricia. f. Ictericia, dentera.
Tito. m. Pollo de la gallina.
Tocón. m. Tronco. (Albacete)
Todo correr turbio (a). loc. adv. A toda prisa, en última instancia.
Toíco, -ca. Diminutivo de todo.
Toma (de riego). f. Lugar de avenamiento de un cauce.
Tontascas. m. Tonto.
Tontuna. f. Tontería, estupidez.
Tordo. m. Zorzal, ave./ Estornino.
Tordancha. f. Estornino, TORDO. (Navarra)
Torrá (torrada). f. Rebanada de pan untada en aceite o pringue.
Torta. f. En la frase “están en torta” o “hay torta”, confabulación entre dos jugadores en juegos de naipes. Trampa.
Tosera. f. Tos violenta.
Tragantá (tragantada). f. Trago largo. Atragantamiento.
Trajín. m. Trabajo, faena, tarea.
Trascordarse. v. r. Dormirse, trasponerse.
Traspullo. m. Tropiezo, mal paso.
Trastabillear. v. Trastabillar.
Trastabilleo. m. Acción y efecto de trastabillar.
Travesar. v. Aféresis de atravesar.
Traviesa. f. Travesía.
Traviscorneado. adj. De modo poco ortodoxo.
Traviscornear. v. (de cornear de través) Actuar como sea posible.
Trenques. m. pl. Las trancas; en la frase "meter el pie hasta los trenques".
Trepe. forma verbal Subida o venida.
Trespajá (trespajada). f. Caída.
Trespajazo. m. TRESPAJADA, batacazo.
Trespuncharse. v.r. Enfadarse.
Trillo. m. Pie, por extensión.
Troje. f. Troj.
Trola. f. Mentira, embuste.
Trompacaque. adj. (de trompa y caque, caqui, fruta) Insulto indeterminado.
Trolero, -ra. Adj. Quien dice trolas, mentiras.
Trucaor (trucador). adj. Que juega al truque o truco.
Tüalla. f. Tohalla, TOBALLA, toalla.
Tufá (tufada). f. Peste, mal olor.
Tuiscovía. adv. t. Todavía.
Túpido, da. adj. Tupido (modernismo por asociación con estúpido).
Truque. m. Truco, juego de naipes emparentado con el mus.
Turbio (a todo correr). loc. En última instancia, a toda prisa.
Turuneta. adj. Loco, turuleta.
Tutú. m. Örgano genital femenino. SUSÚ.