viernes, 29 de mayo de 2009

LOS SIETE CABRITICOS Y`ELL LOBO


LOS SIETE CABRITICOS Y`ELL LOBO

(cuento infantil)

1.Encomencipio

En una casica mu bonica en comedio der fosque, vevían siete cabriticos con su máere, que los
protegía de tuiscas las deficultás. Allí, los alimalicos blincaban y jubaban, sempre embajo la mirá
vrigilante e su mama.
Tanimentres, dende l`aspesura, esconnío dentre l`arbolea, ell lobo asperaba er momento en que se fuá ida la galupa, qu`es una cabra blanca como la carta, pa jalarse a los pequeñiquios.
Un día, la maire se tenió qu`il a mercal a la plaza, i llamó a los siete mañacos pa dalles las estruciones pa mentres qu`ella estuviá juera.,
-Hijos míos, me tiengo qu`il ar mercao... Y quió que me prometáis que no le vis a-bril la puerta a naide hista que no sus hagáis segurao de que soy yo, y naide más.
Er más mayor de los chequeticos, ijo asacando er pecho, ice:
-Asín mesmico s`hará, mama; no se precupe osté.
-Tener muncho cuidiao de que no sus engañufe ell lobo, muchichos; qu`es unu cutimañero redomao.
Se colgó la galupa la capaza der cuello y salió a la puerta la calle.
-Atrancal la puerta mu bien por dentro con er mozo, y no l`abráis a naide; no sus digo más.
-¡Dicaluego! -dijieron utiquios los cabritiquios rejuntaos.
La galupa echó a-ndar por la verea lante, dasta que s`envesibiló dentre los árboles de la fosca escura.
Ell lobo, qu`estaba esfisando cómo s`iba la máere, se pasaba la llengua por los morros i s`arrascaba er cocote con una pata, esfloreando anguna e sus chanchas marranchas pa mincharse a la mañaquería. Jalar zampar i namás, es en lo que sabía pensar er tragón.
Los cabritiquios, en cuanti que se jue ida su mae echaron er mozo a la puerta, i s`asentaron alreor de la mesa la cocina sin dicir ni media.

2.Encomedio

Ell lobo s`acercó dempacio, dempacico a la casa i llamó a la puerta: “Pomm..., pomm...”
Aentro la casa, los cabriticos s`asustaron muncho, i se rejuntaron toicos en un rinconcico con los los de la lana de punta, tiesos de canguelo. Endeseguida, er más mayor d`ellos s`encarruchó pa la puerta.
-¿Quién es? -dijió.
-Abrir, hijos míos, que soy güestra máere -ice ell lobo.
-No, qu`eres ell lobo; que mi mamá tié la vos más clara, i tú la tiés mu ronca.
I ell lobo se jue tóo enfurrunchao pa su lobera, i se zampó una ocena güevos crúos pa ponerse la vos más clara. I se golvió pa la casica i llamó otra ves a la puerta, no mu afuerte: “Pomm..., pomm...”
-¿Quién es? -dijieron ende drento.
-Abrir, hijos míos, que soy güestra máere -ice ell lobo con la vos mu fina.
-Pos asoma la patica por debajo la puerta.
Ell lobo metió una pata por debajo la puerta, i los cabriticos, ar vel las jarras afilás i la color tan escura del pelo, negro como la bruneta, dijeron, icen:
-No, qu`eres ell lobo; que noestra mamá tié las piernas blancas, i tú las tiés mu negras -i uno e los mengajos le dio una patá en la pata.
I ell lobo golvió a golverse pa su lobera, s`echó una armostrá d`harina esturreá por toa la pata, i, dimpués, se jue otra ves a la casica, i llamó a la puerta: “Pomm..., pomm...”
-¿Quién es?
-Abrir, hijos míos, que soy güestra máere.
-Pos asoma la patica por debajo de la puerta.
Ell lobo coló la pata llena d`harina por debajo la puerta i los cabriticos, ar ver qu`era blanca como la de su mamá, dijieron, icen:
-¡Ah, qu`es la mama!
Esatrancaron la puerta der mozo, i en cuanti que vido ell lobo qu`estaba la puerta abría, s`entró pa dentro a tóo correr turbio com`un pelús i principió a preseguil a los cabritiquios i a chisqueárselos d`un bocao ande los pillaba. “Uno..., dos..., tres..., cuatro..., cinco..., sais..., y... ¿...?...”
“¿Ánd`estará er que me farta?...”, piensaba ell lobo mentres que reguscaba por toa la casica sin que resultara por dengún lao. I ya que s`hartó de dar güeltas Cescarcuñando, se jue; poique la galupa no tardaría muncho en golver, i poique amás, era er más chiquitujo er que s`había dejao sin jalar, i no tendría muncho chiche siendo como era tan mengajo.

3.Remataera

Cuandi la máere abocó ar caminico la casa y vido la puerta abría, s`echó una correntilla, i dentró en la casa tóo atrabiná, i chisclando:
-¿Ánd`estáis, hijos míos?... ¡Vrigen e la Juensanta, qu`esjracia más jrande ha pasao aquí!...
Y`er más chequitín e los cabriticos, qu`estaba esconnío en la cajica er reló, ar sintil los chillíos que daba su máere, salió dando blincos.
-¡Mama, mama...! Ha vinío ell lobo, y nus ha engañufao, i l`habemos abrío la puerta creyéndonos qu`era usté, i sa comío a tuicos mis hermanicos. Y`a mí no m`ha pillao poique m`h`esconnío en la cajica er reló.
La galupa cogió ar pequeñín, i se jueron siguiendo las güellas dell lobo... A luego, se lo encuentraron acostao all lao d`un pozo d`agua, espatarragao encima d`un ribazo.
La máere asacó unas estijeras mu jrandes c`allevaba, i, dempacico pa qu`ell lobo no se dispertara, le jue abriendo la pancha hista que pudieron salir los cabriticos que s`había zampao enantes. Los mandó a tóos que se callaran poique armaban muncha escandalera y`estaba a pique de que se dispertara ell lobo. Lluego, le zamparon dentre tóos una güena montoná e pedruscos y tolmos en la bartola all lobo, i se la golvió a cierrar la máere, cosiéndosela con una buja y`hilo. Alluego, se jueron pa su casica, la señá cabra i sus cabritillos, tan contentos y tan campantes.
Cuandi ell lobo se dispertó de su soñarrera, s`encontró mu pesao de vientre, i si a pocas no allega ar pozo pa echarse de bruces i meterse un trancazo de agüica bien fresca, pa ver si asín se le pasaban los retortijones que tenía. S`asomó por cima er pozo, i s`abocó pa beber; cuandi las piedras que tenía nel astógamo se le abajaron pa la caeza, se cayó entro er pozo con tol peso; con tol equipo, vamos. No púo nadar er pobre con tantismo peso cargao, y s`ahogó com`una piedra en er río
Y`enjamás de los jamases golvió a paecer por allí más ell lobo, i los cabriticos blincaron i jubaron sin que naide los molestara más nunca.
I colorín, colorao, este cuento sa rematao.

Cehegín (Murcia) 1978

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