miércoles, 29 de abril de 2009

CARRASCALEJO


CARRASCALEJO

El arado de un labrador descubrió por puro azar una antigua bodega enterrada bajo un terreno de cepas.
El vino que contenían las cubas había alcanzado durante el largo enterramiento, de quizá siglos, una solera exquisita. Aquel labriego descubrió un tesoro con denominación de origen; posiblemente muriera sin obtener la menor recompesa por él.

Así nació el vino de Carrascalejo. Dicen, se dice, que aún queda de aquel vino viejo.

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